miércoles, 9 de mayo de 2007

Cómo quitarle calorías a tus comidas sin eliminar sabor (4)

Cómo aligerar los postres
Los más golosos sabrán la tortura que supone excluir el postre del menú. Y la mayoría de regímenes lo suprime, salvo las frutas, que suelen comer entre horas. Aquí van algunos trucos para seguir dándole a tu cocina un toque dulce sin preocuparte por los kilos de más.

  1. Los postres más ligeros son los que no llevan (o reducen) harinas, aceites, margarina, mantequilla, licores, nata y azúcar. Es posible elaborar mousses, compotas, macedonias, helados, sorbetes, cremas, flanes, natillas o suflés eliminando o sustituyendo estos ingredientes.
  2. Olvídate del azúcar o la miel. Recurre a edulcorantes, pero que sirvan para cocinar. Graciela Bajraj recuerda que "la sacarina en polvo no permite la cocción, por eso hay que optar por la líquida o en pastillas".
  3. La fruta fresca es otra gran aliada para rebajar las calorías de los dulces: los frutos rojos, por ejemplo, tienen mucho sabor y son muy ligeros. Aprovecha también las propiedades de los cítricos, el kiwi, la manzana, la piña, la pera, el melón, la sandía, los albaricoques y el melocotón. Olvídate del plátano, el coco, los higos y las uvas. También debes reducir o eliminar la cantidad de frutos secos de la receta. López Criado nos propone dos postres con fruta muy bajos en calorías: macedonia de fruta con zumo de naranja o fresas con yogur edulcorado en vez de con nata. "Son postres con los que se te llena la vista y muy saciantes", explica.
  4. Utiliza siempre lácteos desnatados y chocolate puro y sin azúcar.
  5. No olvides aromatizar: la vainilla, la canela, el café, la menta, la cáscara de limón... son ingredientes que te ayudan a potenciar sabores sin aumentar las calorías.
  6. Para aglutinar ingredientes solemos recurrir a la yema de huevo o la nata: utiliza gelatina (0 calorías), las claras del huevo o helado ligero para bajar la carga energética del postre.

No te desanimes
Estar a dieta no es fácil, así que ten presente que no puedes perder todo lo que te sobra en una semana. El dietista Manuel Moñino asegura que "con un plan de adelgazamiento asumible, conducido por un dietista-nutricionista podremos llegar a objetivos sensatos, pero no debemos olvidar que la mejor manera de perder peso es no ganarlo. Hemos de cuidar nuestra alimentación día a día, siendo estrictos, pero sin obsesionarse".

Efectivamente, la constancia en estos casos es nuestra mayor aliada. Pero es importante darse un pequeño respiro en determinados momentos que nosotros elegiremos cuidadosamente. Ese capricho se convertirá en un premio simbólico para nuestra fuerza de voluntad. Porque, recuerda, la mejor recompensa llega al final de la dieta: vernos tal y como queremos estar y disfrutando de una salud envidiable.